14 agosto – 31 agosto 2019
Barcelona
Irene Grau se trasladará a Bombón Projects el 14 de agosto y pasará allí 22 días; tantos como dure la propia exposición desde el 4 de septiembre hasta finales de septiembre. Durante ese periodo vivirá y dormirá en la galería con sólo algunos elementos indispensables, pero también realizará y convivirá con una serie de piezas/intervenciones basadas en pequeñas acciones cotidianas relacionadas con su estancia e invitará a algunos artistas, amigos o comisarios para cuestionar ese proceso. La inauguración -a modo de fiesta en casa- será el evento que transite desde la primera fase privada hasta la segunda fase pública de exhibición, proponiendo la exposición como un espacio de intersección entre la casa, el estudio y la galería y cuestionando su naturaleza definitiva.
Todo el trabajo de Irene Grau nos habla de pintura y paisaje, de proceso y desplazamiento. Lo hace a través de una rigurosa investigación sobre las posibilidades de la pintura monocroma y de cómo esta se relaciona con el paisaje, como género y como marco, pero sobre todo como experimentación, como modo de ver. Todo lo cual se entremezcla siguiendo las tradiciones de la pintura radical monocroma, la pintura mural, los procesos performativos y el paisaje (entendido este último género de una manera amplia). Con frecuencia su trabajo se desarrolla en series que son el resultado de una larga investigación específica en la naturaleza in situ, seguida de un extenso período en el estudio donde experimenta con diferentes materiales y técnicas, para finalizar en el espacio de exposición, donde el trabajo es nuevamente transferido y transformado para crear una entidad con la especificidad del espacio. El título de su reciente tesis doctoral: The painter on the Road, resume perfectamente sus intereses y actitud respecto a la pintura, podríamos así decir que Irene Grau es una plenairista conceptual que asume que la obra es sólo «lo que resta» de una experiencia más amplia que va más allá de un paisaje recorrido o una arquitectura estudiada, pues transmitir lo vivencial conlleva asumir una falta, aún así, su obra deja las suficientes pistas para los espectadores sean capaces de reconstruir el camino y orientarse en su propia percepción.