19 enero – 13 marzo 2020
Barcelona
“..Mi trabajo habla sobre mi vida actual en Francia, en Europa, sobre lo que leí en las noticias, en Facebook: refugiados, fascismo, capitalismo. En estos tiempos terribles, con Siria, Irak y Afganistán totalmente destruidos, con la catástrofe climática y el terrorismo, no puedo ser tolerante y cortés con todo…” (Babi Badalov, Afterall Magazine)
Mauro apareció en casa mis padres ahora hará unos 8 o 9 años. Yo no tenía ni idea de quién era, sólo sabía que era un artista portugués y que pasaría unos días de verano con nosotros mientras su compañera participaba en la Bienal de Jafre. Aunque Mauro no exponía, ya desde entonces se convirtió en un referente para mí como artista, y en un radar para detectar a otros.
Y es justo así, a través de Mauro, como conocí a Babi Badalov, en Oporto, unos años más tarde, en la inauguración de su exposición en Uma cierta falta de Coerência, el espacio de proyectos de Mauro . En Coerência, Babi había pintado las paredes con unos símbolos que a la vez eran imagen y escritura: una mezcla de lenguas y de alfabetos diferentes que fusionados creaban mensajes poéticos pero a la vez críticos y contundentes.
La obra de Babi explora los límites del lenguaje y las fronteras que éste impone en el individuo. Sus juegos de palabras anulan las convenciones, se ríen de los grandes nombres y las oraciones prefabricadas. Su propia biografía, le ha llevado a hablar de temas como las migraciones, el anticapitalismo, la descolonización, la identidad, la espiritualidad y el orientalismo.
A la vez que conocer a Babi y a su obra, también conocí la Rua do Caldereiros, la calle donde Mauro tiene Coerência y su estudio, y donde conviven muchas de las fuentes con las que trabaja: los personajes que allí habitan y que transitan, sus comercios, los talleres, los restaurantes de toda la vida …
En Coerência y entre toda aquella gente; artistas de Oporto, gente del barrio, amigos de Mauro, Babi … era inevitable no sentirse en familia.
La obra de Mauro está en permanente conexión con el día a día de la gente y de la calle. A través de historias personales, de objetos encontrados, de intercambios y colaboraciones con sus vecinos, explora la iconografía popular propia de la historia de la ciudad y de la calle, desde donde va construyendo una narrativa que circula por todas sus piezas.
Hace unos días leí en la revista Afterall, que Babi, dice que no tiene necesidad de afirmar que es un artista político, que lo que para él es importante es estar en alguna parte del mundo, y dentro del mundo del arte, desde donde poder abordar y discutir temas que le preocupan e interesan.
Imagino, que Mauro tampoco tiene ninguna necesidad, e incluso imagino que le puede llegar a fatigar y limitar, la etiqueta de “el artista que habla de la gentrificación en Oporto”. Pero es evidente que todo esto es parte de su trabajo, y es evidente que tanto él como en Babi son artistas políticos, o mejor dicho, artistas coherentes y comprometidos, que trabajan partiendo de la cotidianidad, sobre lo que les rodea, lo que les gusta y lo que les molesta, y todo desde la espontaneidad y no amparados bajo el paraguas de ningún gran concepto, terminología o etiqueta.
Para mí, ambos son artistas que trabajan a partir de las relaciones afectivas, desde la intimidad y la proximidad, para hablar de temas personales que por alguna razón terminan siendo universales y de actualidad. Y es por este motivo que me hace especial ilusión este encuentro aquí, en Bombon, con estos dos grandes artistas y amigos.
Bernat Daviu
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