Ha abierto la exposición de Pere Noguera en la Filmoteca de Catalunya!
  • Medicane
  • Martin Llavaneras
  • 31 enero – 22 marzo 2019

    Barcelona

    “El sol ecuatorial perfora un manto de hojas anárquico, y los rambutanes desbordan su néctar de fruto maduro” escribe Kentia Howea. “Y qué itinerario tan formidable, la radiación solar, atravesando el universo, circulando por mi estómago tal átomos del naná naná [1].”

     

    Kentia es etnobotánica, trabaja para una multinacional dedicada a la exportación de plantas tropicales. Contacto con ella a raíz de su publicación “El valor nutricional de plantas ornamentales de interior”, y días más tarde nos reunimos en la sede central de su empresa. Llego a nuestro encuentro con retraso, un “medicane” azotó anoche la región y el avión ha aterrizado fuera de horario. Una vez nos hemos saludado, me conduce hacia un ascensor acristalado con vistas al mar. Ya en su despacho nos acomodamos, y desde mi silla alcanzo a ver parte de la ciudad. Una gran extensión desértica se abre paso entre canales y fértiles humedales. La panorámica contrasta con la frialdad propia de estos primeros instantes. Kentia recibe una llamada y, aprovechando el impass, capturo discretamente algunas imágenes: unos catálogos comerciales encima del escritorio, un par de ejemplares entre una pila de revistas especializadas y algunas muestras de especies exóticas. A partir de estas imágenes, transcribo el siguiente texto:

     

    “…debido a su forma inusual y a sus hermosos colores brillantes, la Strelitzia Reginae no sólo es la favorita para los decoradores, sino también un símbolo popular del paraíso. Cuenta con una flor única que se asemeja a un ave de colores brillantes en vuelo…Es muy usada como planta de interior para decoración, especialmente en hoteles, restaurantes, oficinas, y domicilios particulares. Prospera mejor a temperaturas de 20-30 °C, con alta humedad y sombra”“Espolvorea una hormona de enraizamiento en los cortes abiertos. Comienza el programa de riego unos días después de establecer el corte. Proporciona un fertilizante de calidad en la primavera siguiente… El crecimiento cesa debajo de 10 °C y la helada la mata… Comienza a florecer al tercer año de plantada en condiciones ideales, y tarda un año más en madurar la fruta. Es raro que florezca en interiores. Se trasplanta por esqueje de una planta madura, o por acodo…”

     

    Terminada su llamada, comenzamos a charlar. “Las plantas son esenciales para nuestra supervivencia” comienza diciendo Kentia. “Nos proporcionan alimento, fibra, materiales de construcción, combustible y productos farmacéuticos.” Más adelante menciona un estudio científico que “ha demostrado que incluir plantas de interior en el lugar de trabajo no solo reduce la fatiga, sino también la cantidad de resfriados, tos y dolores de garganta que se transmiten en las oficinas.” Además, “se sabe que las plantas aumentan la atención y la concentración”. En mi mente palpita un ¡qué jodidos estamos!… ! poniendo a trabajar a las plantas para que fluya bien-bien el capital. En mi apartamento no hay planta que sobreviva, quizás por eso lucidez mental no me sobra! pienso para mis adentros.

     

    Después de conversar durante una hora, Kentia me invita a visitar los viveros de la empresa a pocos kilómetros de la ciudad. Allí nos adentramos en un laberinto de parcelas. Cercados e invernaderos forman un entramado caprichoso y un tanto caótico, quizás debido al paso del ciclón. Una brisa fina y húmeda sopla a través de las mallas que cuelgan de las parcelas. Recorremos los invernaderos entre semilleros de bulbos y rizomas, zonas de siembra e hileras de plantas que esperan ser cargadas en contenedores. Aquí y allá se acumula el follaje, trozos de hojas, y plantas enteras partidas por la mitad. Entre el barro surgen unas etiquetas amarillo fluor; arrastradas hasta aquí por el agua y agolpadas unas con otras. En un esfuerzo por descifrar el texto, adivino nombres de especímenes, obliterados ahora por el orden que el ciclón tropical ha impuesto. Como el viento que dispersa siglos de taxonomía y objetividad, pasamos de un lugar a otro. Y mientras tanto, Kentia continúa explicándome:

     

    “Flores bracteadas, perfectas, y más o menos zigomorfas. Los tépalos externos libres, más o menos iguales, lineares o escasamente lanceoladas. Los tépalos internos especializados: los laterales más o menos fusionados, los medios libres o connados sólo basalmente. Filamentos filiformes, anteras lineares y tetrasporangiadas. Cigomorfas, perfectas, solitarias. Se multiplica por semillas y rizomas. Luego, el labio del perigonio, erguido o patente al comienzo, se pliega sobre su nervio medio o vuelca hacia delante, cerrándose la entrada. Así, el fruto comienza a desarrollarse y el perigonio se desprende. Hojas grandes, correosas, brillantes, cordadas…”

     

    A nuestro alrededor se elevan mallas de sombreo anti-pájaros, anti-hierba y anti-insectos que cuelgan y se amontonan como alfombras en un bazar. Apostada en una caseta, una máquina expendedora de la que extraemos dos batidos. La charla continúa hasta derivar en mis ‘investigaciones’ artísticas. Para mí, le digo, “hacer una obra es un proceso delirante, es como soldar en un plano físico el desfase que fluye en el cerebro, el cuerpo, el desayuno…” Sustancias materiales circulando, fluctuando y descomponiéndose ante mis ojos, quiero hacer de la escultura algo performativo” y continúo… Siento que mis explicaciones hacen más indigesto este batido que ya ha empezado a darme retortijones. Pienso en el vómito: sustancias de procedencia dudosa, una pátina de información que engrasa conceptos, que ahora asocio a los estragos del ‘medicane’. Sabré, una vez de vuelta a casa, que así se llama a los ciclones tropicales formados en el mediterráneo. De esa conversación, de la sensación de contar demasiado me ha quedado una cocktail de frases… “ensamblajes consistentes… no como ese flujo de mercancías almacenadas en containers marítimos, que antes de llegar al destino, se pudren.” Filosofía pura. Una situación tan magnética que es digna de unas líneas de Proust: “la araucaria gótica fue también a exornar aquellas rocas salvajes a la hora debida, como esas frágiles y vigorosas plantas que en la primavera salpican la nieve de las regiones polares.”

     

    Le cuento a Kentia acerca de mis paseos crepusculares, de como llevo meses recorriendo boulevards y arquitecturas interiores con el único propósito de “acumular” hojas tropicales. Provienen de terrazas, de restaurantes, de mi peluquero… Le enseño varias imágenes en el mòvil y algunas coinciden con las especies que nos rodean, esas que en unas semanas surcarán el océano en buques de carga.

     

    Me pregunta ahora por el libro que llevo encima. Se lo enseño y pienso: ¿Cómo explicarle que intento revertir la botánica? Mientras, el teléfono suena insistentemente… Desde el Fairchild Tropical Garden han hecho un pedido de Palmeras de Venezuela, se ha perdido un cargamento de Alocasias en Xishuangbanna. Se refleja en los cristales del Bahia Hotel… …en la costa Sudeste de California y en el puerto de Rotterdam…

     

    Acaba la llamada y escogiendo una página al azar de mi libro, Kentia lee: “Llamar «Diverso» a todo lo que hasta hoy fue extranjero, insólito, inesperado, sorprendente, misterioso, amoroso, sobrehumano, heroico, y aún así divino, todo lo que es Otro. El exotismo suele ser «tropical». Cocoteros y cielos tórridos. Comenzar por la sensación de Exotismo para apartar enérgicamente lo banal: el cocotero y el camello. Pasar al sabor delicado y degustarlo con embriaguez”

     

    Texto de Cycas Rumphii

     

     

    [1] El término “piña” se adoptó por su semejanza con el cono de una conífera; la palabra ananá es de origen guaraní, del vocablo naná naná, que significa «perfume de los perfumes». Ananas es una latinización que deriva de la anterior.

     

    Martin Llavaneras (Lleida, 1983) Vive y trabaja en Barcelona. Estudió Bellas Artes en Bilbao (Universidad del País Vasco), Berlín (Hochschule für Technik und Wirtschaft) y Barcelona (Máster de Producción e Investigación Artística, Universidad de Barcelona). Entre sus exposiciones individuales recientes destacan “Fruit belt” (Espacio 13 – Fundación Joan Miró, Marcelona); “Humus recall Curvatures” (Centro de Arte La Panera, Lleida); “Reengineering Calcium” (Blueproject Foundation, Barcelona). Ha expuesto colectivamente en el Centro del Carme Cultura Contemporànea, Valencia (Cuestión de fé / Cuestión de trozo); CAPC — Musée d’Art Contemporain de Bordeaux, Bordeaux (4,543 Milliards, La question de la matière); Yaby, Madrid (Trick ’n’ treat); Meetfactory, Praga (Quagmire); Junefirst Gallery, Berlín (Fabricated Archaeologie); Atelier35, Bucarest (Strandered travellers); Centro Cívico Can Felipa, Barcelona (¿Qué hay de nuevo, viejo?

     

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