18.11 INAUGURACIÓN — Cristina Garrido 5 exposiciones
  • Revelacions sobre una esfera informe
  • Anna Dot
  • Jordi Mitjà
  • Pere Llobera
  • Ludovica Carbotta
  • Perejaume
  • Angela de la Cruz
  • Rasmus Nilausen
  • Francesco Arena
  • Pere Noguera
  • Luis Gordillo
  • Victoria Civera
  • Muntadas
  • Ignacio Uriarte
  • The late estate Broomberg & Chanarin
  • Lola Lasurt
  • Mercedes Azpilicueta
  • Fernando Prats
  • 25 junio – 31 agosto 2022

    Fonteta

    Estamos encantados de presentar el proyecto colaborativo de Bombon, Joan Prats y NoguerasBlanchard. La propuesta para esta temporada reúne de nuevo a artistas de las tres galerías y de diferentes generaciones en un formato expositivo que se articulará alrededor del concepto de cadáver exquisito, contando con un texto de Eduardo Escoffet escrito para la ocasión.

     

    Partiendo de este acto de intercambio colectivo, durante el verano de 2022, los artistas invitados en el espacio, el primero de ellos Pere Noguera, serán los encargados de seleccionar a los siguientes, y así consecutivamente, hasta cerrar un ciclo de propuestas expositivas formadas por obras que abarcan distintas generaciones e imaginarios.

     

    REVELACIONES SOBRE UNA ESFERA INFORME

    Texto de Eduard Escoffet

     

    En marzo de este año, el polvo del Sáhara tiñó la nieve del Pirineo. El viento empujó tierra desmenuzada de un lado al otro del Mediterráneo: la tierra, en su forma más ligera —más cerca de la nada—, encima del agua que ha cambiado su habitual ligereza por el rigor de la roca. Pigmento marrón sobre pigmento blanco sobre lienzo verde. Tránsitos inesperados entre territorios opuestamente inhóspitos. Como si Pere Noguera hubiera enfangado el Pirineo, o como si hubiera dado la vuelta a la alfombra, la piel de nieve, para mostrar lo que hay debajo. El mundo —todo barro: suma de tierra y agua— transita sobre sí mismo, se descompone, mientras que el ser humano —todo sangre, carne y huesos— se afana en atravesar una frontera. Una revelación más en un planeta que, lejos de la esfera perfecta que proyecta el pensamiento humano, es más bien un esferoide oblato: una esfera informe con una masa de aproximadamente 5,98 × 10[24] kg. Una esfera insomne, por otro lado: gira 366,26 veces sobre su propio eje antes de completar una órbita alrededor del sol; no duerme nunca. Afirma Màrius Sampere que el ser es su quizás. «Existimos / de acuerdo con la última probabilidad / indemostrable. Flotamos. Flotamos, nada más. Flotamos / en la superficie concedida.» Se especula que el planeta todavía podrá girar y tener vida durante como mínimo 500 millones de años más.

     

    El Páramo de Berlín, en los Andes colombianos, fue bautizado con este nombre por un viajero alemán a quien las bajas temperaturas del lugar le recordaban los largos inviernos berlineses. Es uno de los puntos más complicados que tienen que atravesar los caminantes que desde Venezuela entran en Colombia por Cúcuta y se dirigen a Bogotá. Una parte de estos migrantes siguen a pie por Ecuador y Perú hasta Santiago de Chile. Antes de llegar, algunos se paran en el desierto de Atacama, en un vertedero ilegal que acumula unas 100.000 toneladas de ropa. Se trata de ropa usada y sobre todo de ropa nueva producida en países asiáticos que, tras pasar por las tiendas de los Estados Unidos y Europa, llega al puerto franco de Iquique (Chile), donde seleccionan aquello que todavía se puede vender y aquello que se considera que ya no tiene valor en el mercado. Es esta “ropa inservible” la que acaba en este gran vertedero ilegal del desierto de Atacama y sirve de repuesto a los caminantes: bajo el testimonio del sol, la ropa va creando dunas y colinas que crecen sin control y que, de vez en cuando, un gran incendio se encarga de reducir pero nunca de eliminar. Ironías de la vida: las dunas son el único paisaje que camina.

     

    En lo alto de la cúpula del Panteón de Roma hay un agujero u oculus que deja entrar la luz del sol. Una vez al año, el haz de luz que atraviesa el edificio ilumina la puerta de entrada. Es justamente el 21 de abril, el día en el que se supone que nació Roma: la luz da la bienvenida a los romanos, les invita a pasar. Y la misma luz, de hecho, sostiene la estructura: no solo es templo de luz —el haz de luz que se hace presente y se mueve a lo largo del año a causa de los movimientos del planeta en torno al sol—, sino que sin la entrada de luz, el agujero del oculus, la cúpula no se sostendría; la cúpula no se puede cubrir del todo, necesita la ausencia para sostenerse. Pero esto no impide que el Panteón quiera ser sencillamente una esfera ideal: si uno sigue las líneas de la cúpula, podemos dibujar una que encaja perfectamente en la estructura ortogonal del edificio. Por fuera, ángulos rectos, columnas, triángulos y cuadrados —el mundo de los hombres—; por dentro, la esfera y la luz —el mundo divino. No fue hasta el 1928 que alguien consiguió hacer realidad el sueño humano de hacer un edificio realmente esférico. Se erigió en el Gran Jardín de Dresde, entre el Palacio de Exposiciones y la calle Hércules. En diálogo con el entorno barroco del jardín, la Kugelhaus de Peter Birkenholz se construyó con motivo de una feria industrial —los asuntos humanos— y aguantó en pie diez años: no pudo soportar el “retorno” al clasicismo que imponía el régimen nazi y fue derribada en 1938. El retorno a la recta. También la imposibilidad de habitar una esfera ideal que supere la casa común que es esta nuestra esfera informe, herida y condenada por los sueños humanos.

     

    En diciembre de 2020 un camión articulado de 13 metros transportó —a pesar de las dificultades pandémicas— las cajas de madera de Broomberg & Chanarin desde el Reino Unido a Barcelona: contenían todas sus obras, su archivo, hojas de contactos, negativos sin revelar y proyectos que no se hicieron realidad durante los años de existencia del dúo artístico. Lejos del hacer, el acto consistía en ordenar y pasar el testigo. Y de esto va esta exposición: de enlazar testigos, de traspasar pigmentos de un lado a otro, de amontonar signos en un mismo lienzo, de descomponer la luz. Es Pere Noguera, enfangador mayor, quien abre la constelación con la elección de dos artistas, que a su vez eligen a otro, hasta finalizar el proyecto. Tierra, agua, aire y arte. Amontonar, hacer transitar la materia entre estados, observar y no hacer nada más. Mirar, ver y percibir el polvo que va cubriendo los objetos que dejan de tener uso, el que va cubriendo nuestras pequeñas existencias, el que va cubriendo las montañas. El mundo ya está escrito, es un texto para ser leído. Y el mundo es también acción, movimiento, descomposición, vacío por sí solo. Y el texto humano, a su vez, es una forma más de arquitectura, como lo es también la voz —arquitectura de aire—: ocupan espacio, crean sentido; a veces, sin embargo, arrasan esta esfera informe a la cual el arte intenta dar la razón.

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