26 febrero – 01 marzo 2020
Madrid, Spain
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Para su segunda participación en ARCO Madrid, Bombon propone Por la acción del pensamiento un proyecto de Jordi Mitjà que funciona como extensión de su exposición individual Sucede cada día en el Centro de arte Fabra i Coats de Barcelona.
“(…) Jordi Mitjà recupera y manipula técnicas, objetos, imágenes y sonidos de lo más diversos. Del hallazgo azaroso al manejo del hierro, del mundo del libro a la investigación matérica, de las historias locales a las costumbres en desuso, Mitjà trabaja relacionándose con la zona donde vive y creció. Según cuenta, sus primeras creaciones las realizó a escondidas con los restos que encontró en el taller metalúrgico de su padre, pero este, creyendo que eran descartes, los tiró a la basura y desde entonces nunca más ha distinguido entre arte y desecho, entre lo que coge y lo que hace. Su obra nace, pues, de un proceso ambivalente entre territorio y descontextualización, invención y copia, acumulación y desecho, detonantes de su práctica y de una reflexión sobre el acto creativo que desdibuja los conceptos de autoría y anonimato, construcción y destrucción, reliquia y residuo.
La confrontación entre el oficio familiar y la práctica artística recorre su trayectoria sin descanso. Lo excluido o marginal es reivindicado como propio y genuino, allí donde se mezcla sin jerarquías la cultura popular con todas las declinaciones del arte que van del artesano al amateur, del outsider a falsificador o al pirata. Invirtiendo el síndrome del impostor, Mitjà revalora figuras como el famoso estafador Elmyr de Hory o Uri Geller, aquel personaje que torcía cucharas con el poder de la mente y de quien ha tomado el título de la exposición.
Entre el fraude televisivo y el obrador familiar, aparece la extraordinaria especulación de la ejecución cotidiana. La apropiación y la colección heterogénea más sorprendentes se encuentran entonces con el esfuerzo y el desgaste del día a día. Una dualidad que no se resuelve pero se integra, un diálogo no excluyente entre utilidad y artificio, trabajo y placer.
Preguntarse por el origen y el fin –la originalidad y la funcionalidad– de su profesión lo lleva a buscar los límites de los elementos con los que trabaja. Con la misma perseverancia que tuerce y reduce lo más sólido, también hace grande y virtuoso lo más ínfimo, ya sea olvidado o efímero. Así es como Mitjà explora la dislexia de las cosas. Pone en crisis la representación de las imágenes y juega con el aspecto y el uso de los materiales, para contradecir las apariencias y experimentar con su resistencia, física y temporal, pero también simbólica, descubriendo, con humor o por la fuerza, nuestras convenciones.
Atraído por el proceso, el ensayo y el accidente, su forma de hacer se mueve entre la intuición anárquica y una insistencia obsesiva que coge de aquí y de allá para después dejarlo, retomarlo y volver a empezar.(…)”
Fragmento del texto Sucede cada día de Joana Hurtado
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