Familia Guerra es una pieza de vídeo de 2007 que Noguera realizó con un archivo de imágenes de la primera mitad del s. XX encontrado en el Empordà. El artista pone en diálogo grabaciones de la Segunda Guerra Mundial realizadas por un reportero holandés junto con metraje doméstico de la misma persona en su entorno familiar. El ambiente y el imaginario doméstico e íntimo de esta familia anónima holandesa convive con un hecho desestabilizador como es la guerra, relacionando ambos espacios como un laberinto de imágenes metafórico.

Escenas familiares casi bucólicas recogidas en filmes amateurs se contraponen a escenas bélicas de carácter documental. El reciclaje fílmico de estos materiales “encontrados” permite la creación de un díptico visual que expresa las contradicciones, la inestabilidad y las debilidades intrínsecas sobre las que se sustentan el bienestar y los posibles momentos de felicidad. De esta forma, los archivos fílmicos recuperados se ordenan como una forma de pensamiento y de lectura de la realidad de una época, de las formas de vivir y de vincularse con una realidad concreta pero al mismo tiempo representando una memoria social compartida. El método de Noguera comporta un cuestionamiento de la relación entre la dimensión espacial de la vida cotidiana y también de la construcción tanto identitaria como de la memoria, a modo de arqueología viva de un pasado que se siente todavía reciente o próximo. En esta nueva puesta en escena de Familia Guerra, el impacto y la visión del pasado se traslada y revive en diálogo a nuestro presente, tanto íntimo como global, pasando por todo un repertorio de situaciones vitales.

Familia Guerra habla así de cómo una familia, y con un gran énfasis los niños, viven el ambiente familiar y sus vacaciones en paralelo a la distorsión de una guerra, dos realidades que conviven, a veces, en la distancia del espacio y del tiempo, como ocurre también en nuestro presente. Una reconstrucción posible de una memoria que contrapone la vivencia familiar y los hechos del mundo, lo privado con lo público, una reflexión poética y política más que pertinente.

Mediante el archivo, y en este caso el archivo fílmico como rastro de una realidad y simulacro, Noguera, nos deja entrever y revela los secretos y procesos de manipulación y construcción de la imagen. La construcción de las imágenes, su carácter histórico y las historias que contienen hacen de Pere Noguera un archivero sui generis, agrupando las imágenes y los archivos para extraer nuevas visiones. Como dice el propio Noguera «Mi trabajo consiste en coger y sacar a la luz toda una serie de historias que ya están en la realidad, saber enseñarlas. Es como si las ayudara a describirse», como si su método de trabajo fuese más bien deconstruir el archivo. El archivo como síntesis y reposo de un tiempo pasado se hace presente mediante la llamada a la temporalidad interna de las imágenes.